jueves, 8 de mayo de 2014

Capítulo 8. Parte 1

Igual que había sucedido antes de salir del bosque de Elirdea, me mantuve al margen de la protección de los árboles unos angustiosos segundos mientras sentía el corazón latir desbocado entre las costillas. No me quería mover de ahí, tenía la venda sobre los ojos, pero aún así sentía el susurro de las hojas en la nuca diciendo que me quedara.

Sentí frió. Un calambre me recorrió la columna y me hizo temblar levemente mientras aspiraba con fuerza por entre los dientes.

      - Helena - insistió Ian. Supuse que debía de llevar más de lo que pensaba parada como columna. Me mordí la lengua tragándome el reproche que quería soltarle a Ian pidiendo que me tuviera paciencia. Finalmente me callé y tomando aire di un paso al frente. Me temblaron las piernas.

Comencé a caminar, después de unos cuantos pasos me detuve. Llevaba caminando como si nada a pesar de solo ver oscuridad. Trate de disimularlo lo mejor que pude y extendiendo con cuidado las brazos a sus costados y al frente busque a Ian. Di un respingo cuando lo sentí y mis pies se enredaron cuando el me jaló con poca delicadeza.
   Arrugué el ceño y apreté los dientes. No tenía por que ser así, desde la noche en que intento besarme había estado demasiado distante, demasiado frió, demasiado vengativo. Parecía un niño chiquito. Volví a morderme la lengua y conté hasta 20, no 40. Veinte por la paciencia y 20 para apaciguar el miedo.

Cuando sentí la piedra bajo mis pies y el bullicio aumentando de volumen apreté por inercia a Ian. Sentí una gota de sudor frio recorrerme la espalda.

Capítulo 7



   
  

Estamos de regreso

Como el titulo dice: ¡ESTAMOS DE REGRESO! 
Quiero pedir disculpas a todos aquellos que intentaron leer el blog, pero no se encontraba y por mi desaparición sin ningún aviso.
Esta vez les escribo para decirles que Helena ha regresado y oscuros retoma la marcha iniciando hoy. Espero que a pesar del tiempo, sigan encontrando un momento en su día para leerlo.

Besos Jane. 


lunes, 10 de marzo de 2014

Capítulo 7. Parte tres

Antes que nada quiero pedir una disculpa por el retraso y espero que esta parte les guste mucho.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

El animal me tiro al suelo y jalaba de mi brazo de un lado a otro, rasgando la piel.

   - ¡Helena! – Ian se debatía con un lobo en el suelo, otro de ellos estaba inmóvil y con el pelaje manchado de sangre a un metro de donde Ian estaba acorralado. Dos muertos, uno con Ian y otro se encargaba de mi brazo. Cuatro. Yo había visto cinco.
   Haciendo el miedo y el dolor a un lado alcancé mi daga en el cinturón, el animal abrió los ojos de par en par cuando el acero se abrió paso hasta su corazón, sus mandíbulas se aflojaron y dejaron ir mi ensangrentado brazo.

   Volteé a ver a Ian. Se estaba quitando el peso muerto del lobo de encima, el movimiento lo hizo darse media vuelta y quedar mirando al suelo. Con la espalda totalmente desprotegida.
      El quinto lobo salió de la nada, solo un fugaz movimiento, una sombra que se abalanzo sobre su espalda.

     - ¡Ian! – grite a todo pulmón. Todo sucedió en cuestión de segundos. Ian abrió los ojos de par en par, entendiendo lo que estaba por suceder. Extendí mi mano en su dirección y abrí la palma como si le ordenara al animal detenerse, quería que se detuviera…si no lo hacía Ian moriría y la sola idea hizo a un lado todo el dolor para dar paso a una desesperación agonizante. Ian se dio media vuelta justo cuando las fauces del lobo se abrían por completo.

martes, 4 de marzo de 2014

Capítulo 7. Partes dos

      - Se valiente – Era mi padre, hablándome frente a frente, no a un recuerdo, estaba tan presente que sentí podía tocarlo. Los mire con el corazón encogido por la necesidad de abrazarlos, pero algo me decía que no debía tocarlos.
       Ya lo es – Mi madre, abrazada del brazo de mi padre y  me observaba con ojos cristalinos.

 
Desperté atragantándome, como si hubiese estado bajo el agua y hubiese salido justo cuando mi cuerpo ya no aguantaba la respiración, enormes bocanadas de aire entraron en mis pulmones, gire sobre mi misma y tosí seco varias veces hasta que logré controlarme.

    Seguía siendo de noche, la fogata seguía calentado el aire fresco, pero ya no tenía frio y ya no había dolor, se había ido como había llegado, pero algo era diferente dentro de mi, sentía el cuerpo fresco por dentro.
    - ¿Helena?
Era Ian.
     - Ian – lo llame mientras me incorporaba y abría los ojos, que por algún motivo me ardían.
Lo voltee a ver, estaba asustada y confundida por lo que acababa de suceder.
    - Dios mío – dijo el abriendo los ojos de par en par y palideció más de lo que ya lo había hecho – tus, tus…- Ian me miraba directo a los ojos y alzo una mano, apuntándome con debilidad.
    - ¿Qué sucede? – pregunte asustada, me impulse para ponerme de pie, pero caí.
     - Tranquila – dijo el apresurándose a mi lado y ayudándome a sentarme – pero, creo que deberías de…de verte.
     - ¿Verme? – lleve mi manos a la cabeza y cerré con fuerza los ojos – hay…hay un espejo en mi mochila.

   Se puso de pie rápidamente y en cuestión de segundos ya estaba de nuevo frente a mi con el espejo volteado contra su pecho.
   - Solo, tómatelo con calma – dijo él, extendiéndome inseguro el pequeño objeto – porque necesito que me digas que diablos fue eso.- Ian hablaba de hace momentos, cuando parecía que agonizaba.
   Tome el espejo en mi manos, las que vi mas pálidas de lo normal. Poco a poco dirigí el cristal en mi dirección, primero la barbilla, los labios que se veían mas rosados en contraste de la piel pálida y finalmente los ojos.

sábado, 1 de marzo de 2014

Capítulo 7. Transformación

De nuevo en el suelo.
   Respiraba con rapidez, recargada sobre mis codos y acalorada veía a Ian sostener la espada peligrosamente cerca de mi cuello, saborear la victoria, sabía que lo disfrutaba por la leve inclinación de su cabeza.
      - No eres rival pera mi – dijo él. Claro que lo era, estaba rojo y cansado.
Reí.
      - No…tú no eres rival para mi – pate la espada, el filo corto un poco mi barbilla. Ian quedo pasmado por el repentino movimiento y me dio tiempo para lanzármele, perdió el equilibrio y caímos los dos.
   Estaba completamente sobre el, el filo de mi daga contra su manzana de Adán. Sentí mi cuerpo ascender y descender conforme su respiraciones.
      Me miraba atónito, le acababa de voltear la jugada con una rapidez que incluso a mi me sorprendió.  
      - ¿Te rindes, Fletcher? – ronronee, ahora yo saboreaba la victoria.
En un visto y no visto, su boca se torció en una sonrisa que entendí milésimas de segundo más tarde.
   Tomo la muñeca que apoyaba en el suelo a un lado de su cuello y con la otra mano tomo la que sostenía el cuchillo, me hizo girar y ahora era yo bajo su peso, con una mano inmóvil bajo la de el y la otra seguía sosteniendo el cuchillo, pero ahora él con su gran fuerza decidía hacía donde se movería.
     Gruñí y deje caer la cabeza agotada, se me habían acabado los movimientos.
        - Creo que debes de reconsiderar lo que acabas de decir – jadeaba – y como dije antes, no eres rival para mi.
     - Eso es porque no he jugado sucio – sisee.
 Soltó el cuchillo y mi mano, levantándose, tratando de no parecer cansado, me sorprendí de que en realidad actuaba bastante bien.
   Yo me quede en el suelo unos segundos, recuperando fuerzas.
       - Te lo dije, eres muy pequeña.

martes, 25 de febrero de 2014

Capítulo 6. Parte tres

El primer cuarto de luna brillaba en el cielo. El sexto día de viaje había sido agotador, el camino se puso complicado y encontramos otra desnivelación, afortunadamente esta fue una nada comparada con la primera y pudimos cruzarla en 20 minutos.
     Todo estaba en calma y sentía la sangre correr pesada por mi venas. Habíamos cazado un ganso bastante gordo y tenia la panza llena. El viento mecía la copa de los árboles con dulzura.
   Ian dormía a unos metros de mi y el sueño estaba a punto de arrastrarme igual que él.
No tardo en hacerlo y con su llegada, llego el miedo y las manos de Flynn sobre mi hombro, las de George tratando de quitarme el vestido y luego el agua que me tragaba.
   Desperté y me incorpore de golpe, mis manos se movían tratando de alcanzar la superficie, de arañar el sueño y despertarme por completo.
      - ¡Helena! Cálmate, por favor – fue Ian quien finalmente lo logro, su manos estaban sobre mis hombros y me sacudía.
      - ¿Ian? – tenía los ojos abiertos de par en par, tratando de ver en la oscuridad.
      - Soy yo Helena, tranquila – deje de revolverme, ya no estaba ahogándome en el agua. Los ojos me ardían por las lagrimas. Poco a poco me recosté de nuevo.
      - ¿Ian? – volví a preguntar llevando mis manos a su rostro y lo palpe con cuidado, no veía nada de su cara. Era estúpido, pero mi cerebro me engañaba, me hacía pensar que era George engañándome con ayuda de la oscuridad, pero no, no era él ni si cara, ni sus manos. Ian tomo una de mis manos entre las suyas y la apretó.

        - Soy yo, no hay nadie mas.
       - No hay nadie mas – repetí, intentando convencerme. Me relaje y recargue mi cabeza en el hombro de Ian – él no esta aquí.
       - ¿Él? – pregunto Ian con suavidad, acariciando mi cabello.
       - George.
No recordé nada mas, el sueño volvió a vencerme y la oscuridad me volvió a cubrir. Incluso ese momento se borro de mi memoria y a la mañana siguiente mi cabeza lo había confundido con un sueño que no alcanzaba a recordar por completo.

domingo, 23 de febrero de 2014

Ian Fletcher

   Ian Fetcher:

Su padre fue el cazador del palacio cuando los legítimos reyes reinaban, ahora con 21 años sigue los pasos de su padre.

    La historia que le cuenta a Helena es que abandono sus servicios al palacio como cazador por las injusticias que se estaban viviendo y la maldad de la nueva monarca, aunque hay algo que no cuadra en la historia y ella tiene la sensación de que no es toda la verdad.

   Un cazador que sabe luchar como un soldado, un hombre con secretos ocultos detrás de una actitud completamente honesta y un corazón que Helena no logra descifrar.

Ha viajado de ida y vuelta a Kelmer, es por ese motivo que ahora guía a Helena a través de un bosque distinto al de Elirdea, un bosque que vera nacer algo más que solo compañeros de viaje, pero que como todo en la vida de Helena tiene y guarda secretos.

Ian. ¿un cazador? ¿un aliado? ó ¿un enemigo?.

sábado, 22 de febrero de 2014

Capítulo 6. Parte 2

Antes de comenzar quiero decir que este fue uno de los capítulos que, por algún motivo, más me gusto escribir. Por algún motivo me es más fácil escribir a Helena cuando se siente confundida o baja la guardia y este capítulo esta lleno de esos momentos. Espero que a ustedes les guste ver nuestra protagonista sin la dura mascara de roca de vez en cuando y si no les encante, al menos disfruten leer esta segunda parte del capítulo 6.

Sin más que decir, me despido.
Besos Jane.


----------------------------------------------------------- (···········)-----------------------------------------------------------

Parada frente la inmensa pared de roca y con el cuello adolorido por lo alto que lo alce, entendía de que hablaba Ian cuando las maldecía. Era enorme, tendríamos que rodearla hasta ver por donde podíamos escalarla y luego llegar hasta el otro lado.
     - Es por esto que uno tarda semanas en llegar. Si la rodeamos nos llevaría el doble de tiempo que escalarla.- Ian tenía la misma cara que yo y analizaba la situación.
    Sople un mechón de cabello fuera de mis ojos y gruñí.
   - Debemos de darnos prisa entonces – ajuste la mochila de nuevo a mis hombros y adolorida espalda y comencé a buscar con la mirada un lugar para comenzar –, no podremos ver nada de noche.

    Ian dejo su mochila en el suelo y después de unos segundos de rebuscar en ella, finalmente saco una larga soga enrollada y un pico enorme curveado en la punta. No hice preguntas, nunca había escalado antes una pared de piedras y el si, así que deduje que sabía lo que hacía.
   Pasamos unos segundos buscando el lado menos liso de la enorme desnivelación hasta que Ian encontró el lado “ideal”, como el mismo lo había llamado.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Capítulo 6



    · Parte uno


   · Parte dos


   · Parte tres

Capítulo 6. Parte uno

Había despertado después de Ian y por unos momentos me encontré confundida sobre el lugar que me encontraba, afortunadamente no tarde en calmarme y entender porqué y donde estaba.
    Tenía una hoja enredada en el cabello y no me di cuenta de ella hasta que Ian no pudo contener la risa y me obligo a llevar mis manos a todo mi rostro y cabello hasta hallarla, la desprendí de un mechón color cajeta y poco a poco la desenrede. La situación no me parecía nada divertida y le avente la hoja que solo giro un poco en el aire y luego calló sin vida a pocos centímetros de donde me paraba, eso solo lo divirtió mas.
  
    Di una furiosa media vuelta y comencé a recoger mis cosas, tratando de controlar mi malhumor. Cuando había terminado, estaba casi controlado, pero el volvió a sacarme de mis casillas en un momento que lo voltee a verlo y seguía con una sonrisa burlona en los labios. Cargue mi bolsa al hombro asegurándome que el movimiento le diera en la cabeza a Ian cuando la impulsaba. Sonreí maliciosa cuando cambio su cara de risa por una de malhumor igual que la mía.
     - Faltan unas horas para oficialmente salir de los limites de Elirdea y entrar en el bosque. Habrá un tramo que andaremos en terreno abierto, solo tardaremos dos horas en cruzarlo- dijo con voz grave mientras se masajeaba la cabeza.
      - Eso no me gusta. No me atraen los espacios abiertos.
      - No creo que haya mucha gente – sentencio el con un movimiento de hombros. Se equivocaba.

sábado, 15 de febrero de 2014

Capítulo 5. Parte tres

Volví a dormirme. Volví a soñar. Un sueño breve que (como siempre) iba mas allá de alucinaciones y pesadillas, pero esta vez ya no vi ningún resplandor dorado.

   Me encontraba a mitad de bosque, caminaba sin saber a donde iba, pero sabía que dirección tomar. Camine observando el bosque como si lo hiciera por primera vez, después de unos minutos sentí algo observándome desde el cielo. Una enorme águila, que me estudiaba mientras planeaba sobre mi cabeza, pero en un visto y no visto se abalanzo sobre mi, me cubrí con los brazos el rostro, pero el golpe nunca llego. Alcé la mirada de nuevo y vi como la enorme creatura se convertía en un petirrojo, que cambio el violento descenso por un suave aleteo, el animal descendía suavemente con las alas extendidas a los costados y me observaba, con la barriga frente a mi, no volaba como lo haría un ave normal. Se detuvo hasta que estuvo a unos metros de distancia de mi, pero a mi misma altura y poco a poco se convirtió en una borrosa imagen de un hombre, con el cabello de un extraño tono rojizo en contraste a la luz del sol. Su rostro estaba oculto por sombras a pesar de que el bosque brillaba dorado.
   Di unos inseguros pasos en dirección a la misteriosa figura, alargue una mano y antes de abrir la boca para pronunciar cualquier palabra el suelo se abrió debajo de mi y caí.

    De verdad había caído. Me encontraba en el suelo, entre la mesa de la sala y el sillón, enredada en cobijas y con el corazón en la garganta por la pequeña, pero aún así inesperada caída.  Cuando finalmente pude librarme de la mortal red de pieles y logré ponerme de pie dando brinquitos por una sabana que se había enredado a mi pie, me encontré con la sonrisa de Ian que apenas podía contener la risa.
        - ¿Y tu de que te ríes he? – le dije amenazándolo con el dedo.

martes, 11 de febrero de 2014

Capítulo 5. Parte dos

equivoque.
    Es cuche las botas de Iudir alejarse y no fue hasta que me di cuenta que no me había movido en varios segundos que me puse de pie de manera temblorosa. Me sentí como un potrillo recién nacido que aprendía a caminar. John estaba frente a mi y me ofreció la ayuda de su brazo, la rechace. Isabelle seguía observándome de hito en hito, pero bajaba la mirada cada vez que la observaba directo a los ojos, pase junto a ella y dirigí una última mirada dolida a mi amiga y a Ian antes de meterme a la tienda y comenzar a empacar.
  Llevábamos varías horas caminando y no nos detuvimos mas de 20 minutos para descansar hasta que llego el anochecer.

   Me había quitado el camisón ensangrentado y lo había lanzado a las brazas antes de que las apagaran y comenzáramos a huir. Yo no perdía de vista a Ian. Roz lo vigilaba desde la espalda y la habían atado las muñecas, a Ian se le veía con mirada perdida en sus propias reflexiones. No había hablado con Isabelle, en un descanso se acerco a mi para ofrecerme una cantimplora, pero al ver que se dirigía en mi dirección me puse de pie y la esquive, sentándome lo mas apartada que podía. Había confiado en ella mas que en nadie jamás, le había dicho todo lo que yo había vivido o pensaba por años, confiando en que mantuviera el secreto y ella lo había mostrado completo, sin que le faltara ni una sola parte sin exhibir a la persona que menos quería que se enterara, yo me sentía sumamente traicionada y dolida.

sábado, 8 de febrero de 2014

Capítulo 5. Parte uno

   El alma se me cayo a los pies y sentí la sangre helarse, un escalofrío me recorrió la espalda y me causo calambres que me hicieron caer a un lado de Isabelle. Extendí la temblorosa mano sobre el dorado cabello de Henry para sentir la viscosa sensación de la sangre, sangre fría, empapando su melena.

   El mundo se detuvo y me sentí como si estuviera en una burbuja y todo a mi alrededor sucedía en total lentitud, el aturdidor pitido regreso a mis oídos de nuevo y ahí se quedo un buen rato.
  Mi mente regreso al camino en el bosque, el cuerpo de Henry se convirtió en el de mi tía, su sangre de nuevo me empapaba. Todo estaba pasando de nuevo, lo estaban echando a perder una vez mas.

    La gente comenzó a ahogar gritos a nuestro alrededor, Isabelle lloraba sobre Henry y los niños y algunas mujeres lloraban igual. Mis ojos llegaron a los troncos que supuestamente debían de contener a Aarón y Caldor, pero ellos no estaban ahí, solo estaban las cuerdas inservibles en el suelo, como serpientes muertas.
      Me había colgado el anillo al pecho y lo sentía palpitar, como si quemara cerca de mi corazón. Me llamaba y me quemaba, despertándome, exigiéndome que lo usara con el motivo por el cual había sido creado, que lo volviera a hacer parte de mi. Había recuperado aquello que me recordaba lo que era, solo quedaba recuperar aquello a lo que representaba.

martes, 4 de febrero de 2014

Todo estaba desmoronándose de nuevo


Isabelle cayo de rodillas al suelo y gimió de tristeza sobre el cuerpo ensangrentado. Se coloco sobre el de manera protectora, como si pudiera protegerlo de que alguien lo lastimara y su camisón comenzó a mancharse de sangre que brillaba cristalina bajo las estrellas.


El alma se me cayo a los pies y sentí la sangre helarse, un escalofrío me recorrió la espalda y me causo calambres que me hicieron caer a un lado de Isabelle. 




El mundo se detuvo y me sentí como si estuviera en una burbuja y todo a mi alrededor sucedía en total lentitud, el aturdidor pitido regreso a mis oídos de nuevo y ahí se quedo un buen rato.
  Mi mente regreso al camino en el bosque, el cuerpo de Henry se convirtió en el de mi tía, su sangre de nuevo me empapaba. Todo estaba pasando de nuevo, lo estaban echando a perder una vez mas.

Fin del Capítulo 4


Seguí corriendo hasta que mis pies perdieron coordinación y caí. Me quede en el suelo sollozando. ¿Reina Helena? ¿Es que el Rey no sabe de todo lo que sucedió?.


   La cabeza me martilleaba. …lamento de todo corazón la perdida de sus padres y hermanos. Las palabras revoloteaban en mi cabeza como polillas que intentaban volverme loca ¿Por qué la princesa Galia se hacía pasar por mi?. Millones de preguntas me asaltaban la cabeza una tras otra, me incorpore y me precipite a un tronco, me abracé de el como si mi vida dependiera de ello y poco a poco fui cambiando de posición, recargando la espalda en la enorme y firme madera, deslizándome hasta que toque el suelo y hundí la cara en mis manos, llore sin emitir un sonido, solo respiraciones temblorosas y lagrimas mudas.

      Se casaría a principios de Diciembre, alguien en mi nombre se cazaría con el príncipe de Kellmer.
    Ahora entendía el porque el Rey Alexander aprobaba el matrimonio con una invasora y usurpadora del trono. ¡Porque no sabía que era una maldita mentirosa!, el príncipe se casaría con una impostora, Grecos se apodaría de tres reinos y cuando eso sucediera, yo no tenía oportunidad alguna de recuperar lo que me pertenecía.

      - ¿Helena? – la voz me sobresalto y cuando alcé los ojos me encontré con Ian mirándome bastante confundido, de nuevo los rayos del sol le daban un extraño color rojizo a su cabello. Me puse de pie de un salto tragándome las lagrimas que salían silenciosas de los ojos. - ¿Estas bien?

Capítulo 4. Parte tres


    - Gracias al cielo Helena – escuche decir a Roz cuando me vio llegar – fuimos a buscarte después de la cuarta hora, pero no te encontramos. Pensamos que te habías desangrado y que…
  
  - Estoy bien Roz- dije interrumpiéndolo – solo fui a cazar – suspire – como siempre que hay problemas.

    - ¿Qué sucedió con Isabelle ahí atrás he?

    - Solo una pequeña pelea
Los ojos de Roz se abrieron de par en par.

    - ¿Una pequeña pelea, Helena? Isabelle volvió a abrirte la cabeza cuando te lanzo una roca ¡una roca!- el tono de voz de Roz era alto pero no llagaba gritos y los movimientos que hacía con los brazos lo hacían ver bastante divertido – y luego tu gritaste como una posesa antes de salir de la tienda a zancadas.


     - Roz, te he dicho que estoy bien – repetí y lo esquive.
Llegue frente a Alma que sonrió al ver mi carga.

    - Esta vez asegúrate de que te toque una buena porción Alma- le dije mientras depositaba los animales en una mesa que usaba para despellejarlos.

    Pase al lado de Aarón y vi que dormía, agradecí por eso. Respire hondo frente a la entrada de la tienda y me arme de valor antes de entrar.
    Isabelle estaba sentada sobre su cama. Abrazaba sus piernas con los brazos y tenia la cara escondida en ese pequeño caparazón. Me escucho y alzo la cabeza sonriente al verme con vida.

    - Gracias al cielo – dijo mientras se ponía de pie de un salto y corría a abrazarme – pensé que te había matado, lo siento tanto Helena, no debí de reaccionar de ese modo, lo siento.
   Le devolví el abrazo y la aparte con gentileza, tenia los ojos llorosos.

    - No te preocupes- le dije.
Isabelle se sorbió la nariz.

lunes, 3 de febrero de 2014

Capítulo 4. Parte dos


Antes que nada quiero mega disculparme por el inmenso retraso de dos semanas. Acabo de mudarme hace unos meses y el internet ha sido una lata desde entonces, decían que lo arreglarían el sábado, funciono por unos minutos, pero termino fallando.
   Ahora estoy conectada por medio de un celular que me comparte internet, porque siguen sin poder hacer nada. De verdad que ha sido una situación muy estresante el ver como el blog cae sin que yo pueda hacer nada, espero comprendan y vuelvan a seguir la historia.

    Besos Jane.

------------------------------------------------------------- · -----------------------------------------------------------------



    - Suéltame – susurre antes de apartar a Henry de mi camino y adentrarme en el bosque.

    - ¿¡Que es lo que te sucede Isabelle!? – escuche gritar a Henry - ¿¡Te has vuelto loco!?.
Sus voces se fueron perdiendo mientras avanzaba sin gracia y desesperación por el bosque. Las lagrimas inundaban mis ojos y nublaban mi visión.

  Cacé hasta el anochecer. Había cazado tantas liebres y había disparado con tanta fiereza que las flechas atravesaban por completo a los pobres animales. Llevaba fácil quince liebres y estaba preparando mi arco para la numero dieciséis cuando un dejabú me recorrió los huesos.
    La liebre se puso en posición de alerta y del otro lado note movimiento. No cometería el mismo error, me puse de pie y apunte al misterioso bulto que seguramente ya había notado mi presencia. La liebre salió corriendo a toda velocidad.

      -Bonito y de buen modo, quiero que te pongas de pie con las manos donde pueda verlas.
Pero, no hubo nada, tense mas el arco.

      - Bien, bien – escuche decir del otro lado de los arbustos y vi unas masculinas manos alzarse antes que su dueño – piedad madame.

sábado, 1 de febrero de 2014

Devil may Cry

I
t won't be in vain
To swallow all your pain
And learn to love what burns
And gather courage to return

- Devil may Cry

The Weeknd

domingo, 26 de enero de 2014

Iudir


Iudir:

El rey de los ladrones, un hombre del que se cuentan un sin fin de historias y leyendas, nadie sabe cual es su pasado o como se termino convirtiendo en forajido.

Después de la traición a la corona paso de ser un hombre al que temían a la última esperanza, (como lo fue para Helena) de aquellos a quienes rescataba de las calles.

Ahora mas que ser el Rey de ladrones y ser el principal quebrantador de la ley, es la única persona justa en todo el reino, conviertiendose en una no tan fantástica y menos joven versión de Robin Hood, robandole a quien se cruza en su camino para darselo a los pobres.

  A pesar de ser un gran hombre, también lo es duro, habiendo vivido toda su vida en el bosque y con la  prioridad de mantener su ubicación secreta y asegurar la seguridad del campamento Iudir es un líder al que mas vale obedecer.

sábado, 25 de enero de 2014

Capítulo 4. Parte uno.


ANTERIORMENTE EN EL CAPÍTULO CUATRO:


Fueron las punzadas de dolor en la parte de atrás de mi cabeza las que me regresaron a la realidad. Me incorpore con una mueca de dolor.

  Mire a mi alrededor y encontré a Iudir recostado en una cama, tenía solo la camisa y sus pantalones con una venda mojada sobre su frente, a pesar de estar dormida tenía una constante mueca de dolor impresa en el rostro. Estaba poniéndome de pie, solo desando levantarme de la mesa en a que estaba recostada y tomar aire fresco.

     - ¡Oye calma, calma! – dijo Isabelle después de entrar a la tienda y abrir los ojos como platos antes de precipitarse para sostenerme antes de que perdiera el equilibrio.
  Me abracé a ella, pero seguí caminando –si querías salir podías llamar a alguien y no solo lanzarte a por ello – dijo Isabelle pasando un brazo por mi cintura para mantenerme de pie.

Capítulo 4


  · Parte 1

  · Parte 2

  · Parte 3

  · Todo estaba desmoronándose de nuevo

  · Fin del capítulo 4 

viernes, 24 de enero de 2014

Nuevo Blog!

Acabo de comenzar otro blog, este es mas light y son pequeños fragmentos de historias que tengo revoloteando en la cabeza todo el tiempo.
   Espero se den una vuelta una vez que ya tenga entradas, acabo de terminarlo y apenas voy a ponerme manos a la obra, pueden visitarlo en las paginas que están abajo de la cabecera o den click a este enlace:

         http://dreamertoughts.blogspot.mx

Espero dejen sus comentarios, quiero saber que piensan de la idea!

  Besos Jane!!

Ptt: Dejen comentarios! ¡me encantan los comentarios y saber que piensan!

jueves, 23 de enero de 2014

Albert Einstein

"El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados"

Albert Einstein


Gabriela Mistral.

"En vano se echa la red ante los ojos de los que tienen alas."

Gabriela Mistral