martes, 25 de febrero de 2014

Capítulo 6. Parte tres

El primer cuarto de luna brillaba en el cielo. El sexto día de viaje había sido agotador, el camino se puso complicado y encontramos otra desnivelación, afortunadamente esta fue una nada comparada con la primera y pudimos cruzarla en 20 minutos.
     Todo estaba en calma y sentía la sangre correr pesada por mi venas. Habíamos cazado un ganso bastante gordo y tenia la panza llena. El viento mecía la copa de los árboles con dulzura.
   Ian dormía a unos metros de mi y el sueño estaba a punto de arrastrarme igual que él.
No tardo en hacerlo y con su llegada, llego el miedo y las manos de Flynn sobre mi hombro, las de George tratando de quitarme el vestido y luego el agua que me tragaba.
   Desperté y me incorpore de golpe, mis manos se movían tratando de alcanzar la superficie, de arañar el sueño y despertarme por completo.
      - ¡Helena! Cálmate, por favor – fue Ian quien finalmente lo logro, su manos estaban sobre mis hombros y me sacudía.
      - ¿Ian? – tenía los ojos abiertos de par en par, tratando de ver en la oscuridad.
      - Soy yo Helena, tranquila – deje de revolverme, ya no estaba ahogándome en el agua. Los ojos me ardían por las lagrimas. Poco a poco me recosté de nuevo.
      - ¿Ian? – volví a preguntar llevando mis manos a su rostro y lo palpe con cuidado, no veía nada de su cara. Era estúpido, pero mi cerebro me engañaba, me hacía pensar que era George engañándome con ayuda de la oscuridad, pero no, no era él ni si cara, ni sus manos. Ian tomo una de mis manos entre las suyas y la apretó.

        - Soy yo, no hay nadie mas.
       - No hay nadie mas – repetí, intentando convencerme. Me relaje y recargue mi cabeza en el hombro de Ian – él no esta aquí.
       - ¿Él? – pregunto Ian con suavidad, acariciando mi cabello.
       - George.
No recordé nada mas, el sueño volvió a vencerme y la oscuridad me volvió a cubrir. Incluso ese momento se borro de mi memoria y a la mañana siguiente mi cabeza lo había confundido con un sueño que no alcanzaba a recordar por completo.

domingo, 23 de febrero de 2014

Ian Fletcher

   Ian Fetcher:

Su padre fue el cazador del palacio cuando los legítimos reyes reinaban, ahora con 21 años sigue los pasos de su padre.

    La historia que le cuenta a Helena es que abandono sus servicios al palacio como cazador por las injusticias que se estaban viviendo y la maldad de la nueva monarca, aunque hay algo que no cuadra en la historia y ella tiene la sensación de que no es toda la verdad.

   Un cazador que sabe luchar como un soldado, un hombre con secretos ocultos detrás de una actitud completamente honesta y un corazón que Helena no logra descifrar.

Ha viajado de ida y vuelta a Kelmer, es por ese motivo que ahora guía a Helena a través de un bosque distinto al de Elirdea, un bosque que vera nacer algo más que solo compañeros de viaje, pero que como todo en la vida de Helena tiene y guarda secretos.

Ian. ¿un cazador? ¿un aliado? ó ¿un enemigo?.

sábado, 22 de febrero de 2014

Capítulo 6. Parte 2

Antes de comenzar quiero decir que este fue uno de los capítulos que, por algún motivo, más me gusto escribir. Por algún motivo me es más fácil escribir a Helena cuando se siente confundida o baja la guardia y este capítulo esta lleno de esos momentos. Espero que a ustedes les guste ver nuestra protagonista sin la dura mascara de roca de vez en cuando y si no les encante, al menos disfruten leer esta segunda parte del capítulo 6.

Sin más que decir, me despido.
Besos Jane.


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Parada frente la inmensa pared de roca y con el cuello adolorido por lo alto que lo alce, entendía de que hablaba Ian cuando las maldecía. Era enorme, tendríamos que rodearla hasta ver por donde podíamos escalarla y luego llegar hasta el otro lado.
     - Es por esto que uno tarda semanas en llegar. Si la rodeamos nos llevaría el doble de tiempo que escalarla.- Ian tenía la misma cara que yo y analizaba la situación.
    Sople un mechón de cabello fuera de mis ojos y gruñí.
   - Debemos de darnos prisa entonces – ajuste la mochila de nuevo a mis hombros y adolorida espalda y comencé a buscar con la mirada un lugar para comenzar –, no podremos ver nada de noche.

    Ian dejo su mochila en el suelo y después de unos segundos de rebuscar en ella, finalmente saco una larga soga enrollada y un pico enorme curveado en la punta. No hice preguntas, nunca había escalado antes una pared de piedras y el si, así que deduje que sabía lo que hacía.
   Pasamos unos segundos buscando el lado menos liso de la enorme desnivelación hasta que Ian encontró el lado “ideal”, como el mismo lo había llamado.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Capítulo 6



    · Parte uno


   · Parte dos


   · Parte tres

Capítulo 6. Parte uno

Había despertado después de Ian y por unos momentos me encontré confundida sobre el lugar que me encontraba, afortunadamente no tarde en calmarme y entender porqué y donde estaba.
    Tenía una hoja enredada en el cabello y no me di cuenta de ella hasta que Ian no pudo contener la risa y me obligo a llevar mis manos a todo mi rostro y cabello hasta hallarla, la desprendí de un mechón color cajeta y poco a poco la desenrede. La situación no me parecía nada divertida y le avente la hoja que solo giro un poco en el aire y luego calló sin vida a pocos centímetros de donde me paraba, eso solo lo divirtió mas.
  
    Di una furiosa media vuelta y comencé a recoger mis cosas, tratando de controlar mi malhumor. Cuando había terminado, estaba casi controlado, pero el volvió a sacarme de mis casillas en un momento que lo voltee a verlo y seguía con una sonrisa burlona en los labios. Cargue mi bolsa al hombro asegurándome que el movimiento le diera en la cabeza a Ian cuando la impulsaba. Sonreí maliciosa cuando cambio su cara de risa por una de malhumor igual que la mía.
     - Faltan unas horas para oficialmente salir de los limites de Elirdea y entrar en el bosque. Habrá un tramo que andaremos en terreno abierto, solo tardaremos dos horas en cruzarlo- dijo con voz grave mientras se masajeaba la cabeza.
      - Eso no me gusta. No me atraen los espacios abiertos.
      - No creo que haya mucha gente – sentencio el con un movimiento de hombros. Se equivocaba.

sábado, 15 de febrero de 2014

Capítulo 5. Parte tres

Volví a dormirme. Volví a soñar. Un sueño breve que (como siempre) iba mas allá de alucinaciones y pesadillas, pero esta vez ya no vi ningún resplandor dorado.

   Me encontraba a mitad de bosque, caminaba sin saber a donde iba, pero sabía que dirección tomar. Camine observando el bosque como si lo hiciera por primera vez, después de unos minutos sentí algo observándome desde el cielo. Una enorme águila, que me estudiaba mientras planeaba sobre mi cabeza, pero en un visto y no visto se abalanzo sobre mi, me cubrí con los brazos el rostro, pero el golpe nunca llego. Alcé la mirada de nuevo y vi como la enorme creatura se convertía en un petirrojo, que cambio el violento descenso por un suave aleteo, el animal descendía suavemente con las alas extendidas a los costados y me observaba, con la barriga frente a mi, no volaba como lo haría un ave normal. Se detuvo hasta que estuvo a unos metros de distancia de mi, pero a mi misma altura y poco a poco se convirtió en una borrosa imagen de un hombre, con el cabello de un extraño tono rojizo en contraste a la luz del sol. Su rostro estaba oculto por sombras a pesar de que el bosque brillaba dorado.
   Di unos inseguros pasos en dirección a la misteriosa figura, alargue una mano y antes de abrir la boca para pronunciar cualquier palabra el suelo se abrió debajo de mi y caí.

    De verdad había caído. Me encontraba en el suelo, entre la mesa de la sala y el sillón, enredada en cobijas y con el corazón en la garganta por la pequeña, pero aún así inesperada caída.  Cuando finalmente pude librarme de la mortal red de pieles y logré ponerme de pie dando brinquitos por una sabana que se había enredado a mi pie, me encontré con la sonrisa de Ian que apenas podía contener la risa.
        - ¿Y tu de que te ríes he? – le dije amenazándolo con el dedo.

martes, 11 de febrero de 2014

Capítulo 5. Parte dos

equivoque.
    Es cuche las botas de Iudir alejarse y no fue hasta que me di cuenta que no me había movido en varios segundos que me puse de pie de manera temblorosa. Me sentí como un potrillo recién nacido que aprendía a caminar. John estaba frente a mi y me ofreció la ayuda de su brazo, la rechace. Isabelle seguía observándome de hito en hito, pero bajaba la mirada cada vez que la observaba directo a los ojos, pase junto a ella y dirigí una última mirada dolida a mi amiga y a Ian antes de meterme a la tienda y comenzar a empacar.
  Llevábamos varías horas caminando y no nos detuvimos mas de 20 minutos para descansar hasta que llego el anochecer.

   Me había quitado el camisón ensangrentado y lo había lanzado a las brazas antes de que las apagaran y comenzáramos a huir. Yo no perdía de vista a Ian. Roz lo vigilaba desde la espalda y la habían atado las muñecas, a Ian se le veía con mirada perdida en sus propias reflexiones. No había hablado con Isabelle, en un descanso se acerco a mi para ofrecerme una cantimplora, pero al ver que se dirigía en mi dirección me puse de pie y la esquive, sentándome lo mas apartada que podía. Había confiado en ella mas que en nadie jamás, le había dicho todo lo que yo había vivido o pensaba por años, confiando en que mantuviera el secreto y ella lo había mostrado completo, sin que le faltara ni una sola parte sin exhibir a la persona que menos quería que se enterara, yo me sentía sumamente traicionada y dolida.

sábado, 8 de febrero de 2014

Capítulo 5. Parte uno

   El alma se me cayo a los pies y sentí la sangre helarse, un escalofrío me recorrió la espalda y me causo calambres que me hicieron caer a un lado de Isabelle. Extendí la temblorosa mano sobre el dorado cabello de Henry para sentir la viscosa sensación de la sangre, sangre fría, empapando su melena.

   El mundo se detuvo y me sentí como si estuviera en una burbuja y todo a mi alrededor sucedía en total lentitud, el aturdidor pitido regreso a mis oídos de nuevo y ahí se quedo un buen rato.
  Mi mente regreso al camino en el bosque, el cuerpo de Henry se convirtió en el de mi tía, su sangre de nuevo me empapaba. Todo estaba pasando de nuevo, lo estaban echando a perder una vez mas.

    La gente comenzó a ahogar gritos a nuestro alrededor, Isabelle lloraba sobre Henry y los niños y algunas mujeres lloraban igual. Mis ojos llegaron a los troncos que supuestamente debían de contener a Aarón y Caldor, pero ellos no estaban ahí, solo estaban las cuerdas inservibles en el suelo, como serpientes muertas.
      Me había colgado el anillo al pecho y lo sentía palpitar, como si quemara cerca de mi corazón. Me llamaba y me quemaba, despertándome, exigiéndome que lo usara con el motivo por el cual había sido creado, que lo volviera a hacer parte de mi. Había recuperado aquello que me recordaba lo que era, solo quedaba recuperar aquello a lo que representaba.

martes, 4 de febrero de 2014

Todo estaba desmoronándose de nuevo


Isabelle cayo de rodillas al suelo y gimió de tristeza sobre el cuerpo ensangrentado. Se coloco sobre el de manera protectora, como si pudiera protegerlo de que alguien lo lastimara y su camisón comenzó a mancharse de sangre que brillaba cristalina bajo las estrellas.


El alma se me cayo a los pies y sentí la sangre helarse, un escalofrío me recorrió la espalda y me causo calambres que me hicieron caer a un lado de Isabelle. 




El mundo se detuvo y me sentí como si estuviera en una burbuja y todo a mi alrededor sucedía en total lentitud, el aturdidor pitido regreso a mis oídos de nuevo y ahí se quedo un buen rato.
  Mi mente regreso al camino en el bosque, el cuerpo de Henry se convirtió en el de mi tía, su sangre de nuevo me empapaba. Todo estaba pasando de nuevo, lo estaban echando a perder una vez mas.

Fin del Capítulo 4


Seguí corriendo hasta que mis pies perdieron coordinación y caí. Me quede en el suelo sollozando. ¿Reina Helena? ¿Es que el Rey no sabe de todo lo que sucedió?.


   La cabeza me martilleaba. …lamento de todo corazón la perdida de sus padres y hermanos. Las palabras revoloteaban en mi cabeza como polillas que intentaban volverme loca ¿Por qué la princesa Galia se hacía pasar por mi?. Millones de preguntas me asaltaban la cabeza una tras otra, me incorpore y me precipite a un tronco, me abracé de el como si mi vida dependiera de ello y poco a poco fui cambiando de posición, recargando la espalda en la enorme y firme madera, deslizándome hasta que toque el suelo y hundí la cara en mis manos, llore sin emitir un sonido, solo respiraciones temblorosas y lagrimas mudas.

      Se casaría a principios de Diciembre, alguien en mi nombre se cazaría con el príncipe de Kellmer.
    Ahora entendía el porque el Rey Alexander aprobaba el matrimonio con una invasora y usurpadora del trono. ¡Porque no sabía que era una maldita mentirosa!, el príncipe se casaría con una impostora, Grecos se apodaría de tres reinos y cuando eso sucediera, yo no tenía oportunidad alguna de recuperar lo que me pertenecía.

      - ¿Helena? – la voz me sobresalto y cuando alcé los ojos me encontré con Ian mirándome bastante confundido, de nuevo los rayos del sol le daban un extraño color rojizo a su cabello. Me puse de pie de un salto tragándome las lagrimas que salían silenciosas de los ojos. - ¿Estas bien?

Capítulo 4. Parte tres


    - Gracias al cielo Helena – escuche decir a Roz cuando me vio llegar – fuimos a buscarte después de la cuarta hora, pero no te encontramos. Pensamos que te habías desangrado y que…
  
  - Estoy bien Roz- dije interrumpiéndolo – solo fui a cazar – suspire – como siempre que hay problemas.

    - ¿Qué sucedió con Isabelle ahí atrás he?

    - Solo una pequeña pelea
Los ojos de Roz se abrieron de par en par.

    - ¿Una pequeña pelea, Helena? Isabelle volvió a abrirte la cabeza cuando te lanzo una roca ¡una roca!- el tono de voz de Roz era alto pero no llagaba gritos y los movimientos que hacía con los brazos lo hacían ver bastante divertido – y luego tu gritaste como una posesa antes de salir de la tienda a zancadas.


     - Roz, te he dicho que estoy bien – repetí y lo esquive.
Llegue frente a Alma que sonrió al ver mi carga.

    - Esta vez asegúrate de que te toque una buena porción Alma- le dije mientras depositaba los animales en una mesa que usaba para despellejarlos.

    Pase al lado de Aarón y vi que dormía, agradecí por eso. Respire hondo frente a la entrada de la tienda y me arme de valor antes de entrar.
    Isabelle estaba sentada sobre su cama. Abrazaba sus piernas con los brazos y tenia la cara escondida en ese pequeño caparazón. Me escucho y alzo la cabeza sonriente al verme con vida.

    - Gracias al cielo – dijo mientras se ponía de pie de un salto y corría a abrazarme – pensé que te había matado, lo siento tanto Helena, no debí de reaccionar de ese modo, lo siento.
   Le devolví el abrazo y la aparte con gentileza, tenia los ojos llorosos.

    - No te preocupes- le dije.
Isabelle se sorbió la nariz.

lunes, 3 de febrero de 2014

Capítulo 4. Parte dos


Antes que nada quiero mega disculparme por el inmenso retraso de dos semanas. Acabo de mudarme hace unos meses y el internet ha sido una lata desde entonces, decían que lo arreglarían el sábado, funciono por unos minutos, pero termino fallando.
   Ahora estoy conectada por medio de un celular que me comparte internet, porque siguen sin poder hacer nada. De verdad que ha sido una situación muy estresante el ver como el blog cae sin que yo pueda hacer nada, espero comprendan y vuelvan a seguir la historia.

    Besos Jane.

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    - Suéltame – susurre antes de apartar a Henry de mi camino y adentrarme en el bosque.

    - ¿¡Que es lo que te sucede Isabelle!? – escuche gritar a Henry - ¿¡Te has vuelto loco!?.
Sus voces se fueron perdiendo mientras avanzaba sin gracia y desesperación por el bosque. Las lagrimas inundaban mis ojos y nublaban mi visión.

  Cacé hasta el anochecer. Había cazado tantas liebres y había disparado con tanta fiereza que las flechas atravesaban por completo a los pobres animales. Llevaba fácil quince liebres y estaba preparando mi arco para la numero dieciséis cuando un dejabú me recorrió los huesos.
    La liebre se puso en posición de alerta y del otro lado note movimiento. No cometería el mismo error, me puse de pie y apunte al misterioso bulto que seguramente ya había notado mi presencia. La liebre salió corriendo a toda velocidad.

      -Bonito y de buen modo, quiero que te pongas de pie con las manos donde pueda verlas.
Pero, no hubo nada, tense mas el arco.

      - Bien, bien – escuche decir del otro lado de los arbustos y vi unas masculinas manos alzarse antes que su dueño – piedad madame.

sábado, 1 de febrero de 2014

Devil may Cry

I
t won't be in vain
To swallow all your pain
And learn to love what burns
And gather courage to return

- Devil may Cry

The Weeknd